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DIÁSTASIS ABDOMINAL con el Dr. Pedro Machado

Diástasis abdominal: soluciones y verdades detrás de la patología

Un problema con solución: entendiendo la diástasis abdominal

Bienvenidos a Palabras con Salud, un punto de encuentro donde hablamos con los mejores expertos para cuidar nuestro bienestar. Soy Marina Montiel y aquí cada palabra cuenta para mejorar tu salud. En este episodio hablamos de diástasis abdominal, un problema que afecta a muchas personas, especialmente a mujeres tras el embarazo, pero también a hombres. Para despejar dudas y aportar su experiencia nos acompaña el Dr. Pedro Machado, especialista en cirugía de la pared abdominal en el Instituto Madrileño de la Diástasis Abdominal. Con él, abordaremos las claves de esta patología, los mitos que la rodean y su impacto tanto físico como emocional.

¿Por qué te especializaste en este ámbito, en esta patología?

Es una historia curiosa. Soy miembro en Facebook de un grupo de cirujanos dedicados a la pared abdominal; somos 11.000 en el grupo en todo el mundo. Publicamos casos importantes, interesantes, imágenes y damos nuestra opinión sobre estas patologías. Justo vi un vídeo de un cirujano argentino, el padre de esta cirugía, que publica esta intervención. Era una cirugía que normalmente no nos gusta demasiado hacer porque implica incisiones muy grandes y mucho dolor postoperatorio. Este cirujano la transformó en una cirugía por un abordaje endoscópico, en el cual las incisiones son mínimas; la hacemos a través de instrumental y de una cámara. Me pareció super interesante esa técnica y empecé a hablar con él. Posteriormente coincidimos en un congreso, me acerqué, empezamos a hablar y lo invité al hospital. Así empezó esta historia.

Porque hasta ese momento, ¿a qué te dedicabas? ¿Eras cirujano?

Soy cirujano general, pero antes me dedicaba justamente a la patología colorrectal, al cáncer de colon y recto. Curiosamente, por cosas del destino, he sufrido un cáncer de recto. Me tuvieron que operar y, a raíz de ahí, justo en ese momento cuando estaba con la quimioterapia, fue cuando vi este vídeo y así se fueron hilando las cosas hasta el sol de hoy.

¿Cómo se lleva que un experto en esta materia sufra desgraciadamente la enfermedad que él mismo trata?

Si te soy sincero, para mí fue relativamente sencillo, y no quiero minimizar el tema del cáncer. Simplemente yo conocía todo el proceso y al conocerlo no tenía esa incógnita de qué iba a pasar. Sabía que tenía que recibir una cirugía, sabía que tenía que pasar por un proceso de quimioterapia, conocía todas las consecuencias y efectos secundarios de la quimioterapia. Eso me permitió afrontarlo de la mejor manera. Creo que la cabeza hace mucho, ¿no? Es muy importante. Y el saber todos los pasos que iba a dar me resultó tan fácil que, de hecho, lo tengo prácticamente olvidado, fue un pequeño bache y poco más.

¿Tenías claro en qué manos te ibas a poner?

Sí, sí, claro, sin duda. Es la ventaja. Yo elegí a mis cirujanos, mi hospital, bueno, todo.

Sí, creo que eso es algo importante. Hace poco aquí nos acompañaba Javier Cortés y hablaba de la importancia de escoger un buen especialista para determinadas situaciones.

No solo importa que sea un buen cirujano, porque buenos cirujanos yo creo que somos muchísimos del equipo también, sino también la confianza que te dé esa persona. Le estás entregando algo muy importante que es tu salud, tu vida. Si esa persona te inspira confianza, las cosas podrán salir mejor o peor, porque desgraciadamente en la profesión que tenemos, hay cirugías que salen muy bien y hay cirugías que, haciendo lo mismo que haces todos los días, por lo que sea pueden ir mal. Pero si tienes confianza en esa persona, el proceso será lo más rodado posible.

Diástasis abdominal: causas, síntomas y su impacto

Volviendo, doctor, a la diástasis abdominal, es un concepto que estamos cada vez más acostumbrados a escuchar, pero creo que muchos todavía no conocen exactamente qué es y por qué ocurre.

Afortunadamente, a pesar de que la diástasis abdominal está todavía en pañales, como bien dices, cada día la escuchamos más y eso es muy importante. Hace 10 años, la diástasis abdominal estaba prácticamente olvidada, simplemente se decía que era algo estético y poco más. Hoy en día sabemos que la diástasis abdominal está relacionada con una infinidad de problemas funcionales y que acarrea un deterioro en la calidad de vida de la persona que la padece, prácticamente a diario. La diástasis abdominal no es más que la separación de los músculos rectos abdominales debido a la elongación, al estiramiento del tejido conectivo en la línea alba. La línea alba es como la piel, es tejido conectivo, el colágeno y la elastina tienen la capacidad de elasticidad. Es como una liga que tiene la capacidad de elasticidad, pero cuando se vence esa capa de elasticidad por múltiples embarazos, por ejemplo, o por un embarazo gemelar en el cual tenemos mucha barriga, se vence esa capa de elasticidad y se queda estirada. Esto condiciona los efectos secundarios de tener los músculos separados.

¿Hay algunas mujeres que son propensas por genética a desarrollarla?

Sí, efectivamente, el tejido conectivo está basado en colágeno y elastina. En función del porcentaje que tengamos de esta composición de la línea alba, tendremos mayor predisposición a sufrir una diástasis abdominal o no.

Es un problema que ocurre en su mayoría a mujeres, pero creo que también a algunos hombres. No sé si me equivoco.

No, no te equivocas, tienes toda la razón. Evidentemente la causa principal son los embarazos, es decir, la mujer es predominantemente la que va a sufrir más diástasis abdominal. En el hombre también podemos tener diástasis abdominal, sobre todo porque tenemos mucha más grasa visceral que la mujer. La grasa visceral no deja de ser un elemento que empuja la pared abdominal hacia afuera y se comporta como un embarazo crónico. Entonces, la típica tripa de cervecero que les decimos a los hombres no es más que una diástasis porque se ha separado un poco la musculatura. También en cambios de peso muy importantes, pacientes con obesidad que son sometidos a una cirugía bariátrica o que pierden peso muy bruscamente, es muy frecuente que tengan diástasis abdominales.

Y este problema, Pedro, ¿es algo solo estético o puede afectar también a la salud? Incluso también a la salud mental.

Sí, sin duda. Era lo que te decía, hace 10 años se consideraba algo estético, pero a día de hoy muchos profesionales lo siguen considerando así. Sin embargo, hoy en día sabemos que el unir la musculatura permite que no haya efectos secundarios de esta separación. Yo siempre digo a mis pacientes que el core, el abdomen, es como el director de una orquesta. El director de orquesta puede tener al mejor pianista, al mejor violinista, al mejor contrabajo, pero si el director de esa orquesta no está fino, esa orquesta no va a sonar bien. Entonces, el director de nuestra orquesta en el cuerpo es el core, es el abdomen. Si el core no funciona bien, funcionará mal nuestro suelo pélvico, nuestra espalda y nuestro tórax. Es por ello que la sintomatología asociada a una diástasis suele ser dolor de espalda en la zona lumbar de forma crónica, disfunciones en el suelo pélvico, incontinencia urinaria de esfuerzos o muchos problemas digestivos, como hinchazón abdominal, digestiones pesadas, gases, estreñimiento, y hernias en la pared abdominal.

¿Qué impacto tiene la diástasis sobre la recuperación postparto?

Muy importante, y muy importante lo que comentabas antes, en la salud mental. Hay muchas madres que vienen llorando porque no son capaces de levantar a sus hijos porque les duele la espalda. Si los levantan o los portean durante mucho tiempo, acaban reventadas. Son pacientes que se van frustrando en el día a día porque no pueden, o sea, lo más bonito de esta vida es ser madre y no pueden hacer su función.

Pedro, una mujer que acaba de dar a luz y tiene este problema de diástasis. ¿Cuándo se decide operar o no? ¿En cuánto tiempo?

La diástasis es fisiológica durante la gestación, es decir, nuestro cuerpo está adaptado para que se pueda abrir de cara a que quepa ese útero aumentado de tamaño y quepa el bebé. Una vez que hemos tenido el parto o la cesárea, empieza ese periodo de recuperación. Antiguamente esperábamos hasta un año para poder plantear una reparación de la pared abdominal. Hoy en día se han visto estudios que a partir de 6 meses los cambios en esa recuperación son tan mínimos que si la paciente tiene muy mala calidad de vida, ya no esperamos hasta el año, sino que a partir de los 6 meses ya está indicada la cirugía. Es cierto que afortunadamente hoy en día sabemos que la mayoría de las diástasis abdominales no son quirúrgicas y eso es importante. La mayoría de las diástasis abdominales se tratan con fisioterapia, es decir, fortaleciendo la musculatura profunda del abdomen.

¿Se pueden tratar con fisioterapia? Y mi pregunta ahora es, ¿se puede prevenir la diástasis abdominal previa al embarazo con ejercicios o con algún tipo de prevención como pueda ser, por ejemplo, el suelo pélvico?

Teniendo una musculatura potente podemos disminuir un poco las posibilidades de diástasis abdominal, pero como te comentaba antes, estamos hablando de tejido conectivo. Es un tejido que está preparado para distenderse y volver a su sitio siempre y cuando no venzamos esa resistencia. Si se ha vencido esa resistencia, pues va a quedar flácida.

¿Qué complicaciones puede tener a largo plazo si no se trata adecuadamente?

Nuestras abuelas y muchas de nuestras madres han vivido toda la vida con diástasis abdominal y con hernias en la pared abdominal. No puedes morir de diástasis, el problema es que vas a tener un deterioro en tu calidad de vida: llegarás a la vejez con incontinencia necesitando un pañal, con dolores de espalda crónicos, con distensión abdominal, etcétera.

¿Cómo se diagnostica la diástasis? Las personas que nos están escuchando con lo que tú ahora nos digas, ¿se pueden diagnosticar o tiene que hacerlo un experto?

Siempre recomendamos que lo haga alguien que se dedica a la pared abdominal, pero evidentemente hay la autoexploración, el autodiagnóstico. Perfectamente puedes tumbarte en la cama, en el sofá, en casa, colocar los dedos en el abdomen y hacer una especie de abdominal para ver si hay un afrontamiento de la musculatura. O si ves que cuando te levantas te sale una protuberancia que suele ser del ombligo hacia arriba, lo que los pacientes llaman «el alien» en el abdomen. Pero mi recomendación es que vayas a cualquier médico, esto realmente lo puede explorar cualquier médico o los fisioterapeutas, que están muy especializados en el tema diástasis.

Intervención quirúrgica y recuperación

Hablábamos de que hay diástasis que se operan y otras que no hace falta operarlas, que con fisioterapia se pueden curar. Hablando de la diástasis que ya requiere una intervención, ¿cómo es esa intervención y qué riesgos puede tener? Primeramente, vamos a hablar de cómo es esa intervención y si todas las mujeres pueden optar a ella o hay algunas que hay que excluir.

Normalmente, para tener la indicación de una cirugía, debes tener más de 3 cm de diástasis. El tipo de intervención dependerá un poco del estado de tu piel. Yo soy especialista en la cirugía endoscópica de la pared abdominal, en la cirugía endoscópica de la diástasis. Hacemos incisiones muy pequeñas, con muy poco trauma quirúrgico, pero esta intervención solo está indicada en pacientes que tengan la piel muy bien, no perfecta, pero casi perfecta, es decir, que no tengan estrías, que no tengan flacidez cutánea. Porque nosotros por dentro lo que hacemos es cerrar, afrontar esa musculatura, pero no hacemos nada a nivel de la piel. Si esa piel ya viene arrugada, se arrugará aún más cuando hacemos la intervención. Entonces, en pacientes que tienen mucha flacidez cutánea, muchas estrías, la indicación sería una abdominoplastia. La abdominoplastia es una cirugía un poquito más traumática, un poquito más agresiva, porque implica una incisión muy grande. Es como la incisión de la cesárea, pero extendida hacia ambas caderas. Levantamos todo el tejido celular subcutáneo, toda la grasita que tenemos debajo de la piel y la piel, y exponemos la pared abdominal. Eso genera un poquito más de traumatismo.

El proceso de recuperación podemos hablar desde el preoperatorio hasta que se les da el alta.

Realmente nosotros le damos el alta a nuestras pacientes al año porque pasan un periodo de recuperación. La baja médica como tal es de un mes. Durante el primer mes, aunque puedas hacer vida relativamente normal —caminar, conducir, subir escaleras—, no puedes hacer ninguna actividad física ni levantar peso.

¿Hay algún tipo de complicación o riesgo en las personas que se someten a esta intervención? ¿A la tuya particularmente?

Sí. El riesgo más importante es la formación de seromas. Un seroma es el acúmulo de líquido entre la pared abdominal y la piel. Siempre pongo el mismo ejemplo porque me gusta mucho hacerlo en la consulta, ya que creo que es más gráfico: es como cuando forras un libro. Cuando forras un libro, lo normal es que te queden pompitas de aire. Pues esto es lo mismo porque hemos tenido que levantar toda la piel desde el pubis hasta el esternón y esa piel se tiene que pegar. En ese proceso de que se pegue la piel, tenemos riesgo de seromas, que se queden acúmulos de líquido debajo de la piel.

¿Y hay algún tipo de ejercicio que se recomiende hacer cuando ya has pasado todo este proceso, o sea, o puede hacer vida y el ejercicio completamente normal?

El primer mes recomendamos acudir a la fisioterapeuta, pero no tanto para fortalecer la musculatura, sino para disminuir ese riesgo de seroma. Porque vamos a disminuir la inflamación, vamos a hacer que la piel se pegue lo antes posible a esa pared abdominal y evitamos de esta manera los seromas. A partir del mes, aunque en personas muy deportistas puede ser antes, a las tres semanas, ya empezamos a reactivar de nuevo la musculatura. Las pacientes que se someten a este tipo de intervención no van a tener ninguna contraindicación de ningún tipo de deporte a lo largo de su vida. Es decir, una paciente que va a recuperar su pared como la tenía antes del primer embarazo.

Mitos, realidades y el impacto emocional de la diástasis

Tengo aquí, Pedro, algunos mitos y creencias que no sé si son erróneas o verídicas, ¿vale? Algunas personas creen que la diástasis se soluciona simplemente con los abdominales tradicionales. ¿Es verdad o no?

¡Error, error, error! El crunch típico es un tipo de ejercicio hiperpresivo. Todo lo que sea hiperpresión no le viene bien a una diástasis. Estás sometiendo ese abdomen a hiperpresión cuando no es capaz de controlar esas presiones porque tiene una línea alba y unos rectos separados. Entonces, esa es una leyenda urbana muy mala.

¿Es verdad que el uso de fajas ayuda a corregir la diástasis abdominal?

Error también. No me gustan las fajas. Y la respuesta es muy sencilla: cuando tienes una faja puesta, tu musculatura se acostumbra a su uso. Tu músculo es muy cómodo. Si ve que ya no necesita hacer su función porque está corregida con una faja, ese músculo se va a ir poco a poco atrofiando, va a ir perdiendo ese tono muscular. De hecho, nos pasa mucho durante el primer mes postoperatorio. Cuando operamos a las pacientes y les quitamos la faja, existe lo que se llama el síndrome de regresión, que no es más que volver a tener los síntomas que teníamos antes, a pesar de que tu musculatura está en su sitio, porque ya no tenemos tono basal, no tenemos esa potencia muscular. Suele durar dos o tres semanas, pero las pacientes estaban muy bien y de repente dicen, «Pero doctor, si me he vuelto a hinchar, si me duele de nuevo la espalda, ¿qué ha pasado?» Pues lo que ha pasado es que tienes un síndrome de regresión por el uso de la faja.

Muchas mujeres piensan que tras un embarazo siempre quedará una diástasis.

Obviamente, afortunadamente eso no es correcto. Tenemos probabilidades de tener una diástasis por haber tenido un embarazo, eso sí, pero no todas las pacientes van a tener una diástasis abdominal. De hecho, se habla de que el 15% de las mujeres van a quedar con una diástasis definitiva después del primer embarazo, un 30% después de dos embarazos y un 50% después de tres embarazos o de un embarazo gemelar múltiple.

Eso te lo venía a decir, ¿es cierto que la diástasis abdominal solo afecta a mujeres que han tenido partos múltiples?

No, no, no es cierto.

¿Los hombres que entrenan con pesas tienen más riesgo de desarrollar diástasis?

Bueno, eso es cierto, pero no estamos hablando de un deporte recreativo. Una persona que va todos los días al gimnasio una hora, de forma recreativa, no tendría ningún problema. El problema viene cuando ya empezamos a competir, empezamos a poner cada vez más peso, cada vez más horas en el gimnasio. Ahí se somete de forma crónica a esa pared abdominal a hiperpresión y puede ser que el día de mañana se tenga una diástasis abdominal o una hernia en la pared abdominal. Es muy típico en los fisicoculturistas que se les ven los músculos algo separados.

A nivel mental, Pedro, ¿cómo afecta la diástasis a las mujeres, a la autoestima, a su calidad de vida?

Pues desafortunadamente afecta y mucho. Muchas pacientes que yo recibo, lo que te comentaba antes, llegan a la consulta llorando porque no pueden ejercer como madres como quisieran. También porque no pueden ponerse un vestido que quisieran, porque no pueden usar un bikini en la playa, porque salen a cualquier reunión familiar o social y les preguntan y les dan la enhorabuena porque parecen embarazadas. Entonces, quieras o no, poco a poco a nivel mental esto va mellando en su capacidad mental y se van deprimiendo, puede derivar en una depresión o en una ansiedad, sin duda alguna.

¿Trabajáis con algún equipo de psicólogos?

Nosotros sí, afortunadamente en el Instituto Madrileño de la Diástasis Abdominal contamos con un equipo multidisciplinar. Tenemos fisioterapeutas, nutricionistas, psicólogas, psiquiatras, endocrino, cirujano plástico. Nosotros somos cirujanos generales y damos un enfoque multidisciplinar a lo que es la diástasis abdominal.

Por eso también hacéis ese seguimiento, imagino, ¿no?, de ese año hasta que se le da el alta a la paciente.

El alta definitiva, hasta el año no la damos.

¿Cuáles son las preguntas más frecuentes que te hacen las pacientes? Sobre todo ellas que son, creo que la mayoría, cuando llegan por primera vez a la consulta.

¡Uf! Me hacen de todo, me hacen muchas preguntas. La más importante, o sea, las más importantes que me hacen es tener mucho miedo al dolor postoperatorio, que esa es creo que es la típica. Hay mucho miedo a la anestesia, quieras o no le tienen más miedo a la anestesia que a su cirujano. Y yo siempre digo, «Vamos a ver, el que te va a hacer la ‘pupita’ soy yo. Por favor, a mí es que me tienes que tener un poquito de miedo, el anestesista te va a dormir, va a ser placentero lo que te va a hacer el anestesista.» Esas dos básicamente son con respecto a la cirugía, ¿no?> Y después es si realmente van a recuperar, si se va a quitar toda esta sintomatología que tienen, porque realmente la cirugía es que parece magia. Tú vienes con un dolor de espalda que no te puedes levantar, te levantas por la mañana relativamente plana y por la noche parece que tuvieras 4 o 5 meses de embarazo. Y es que eso desaparece. Solamente con la cirugía, en dos o tres semanas, eso desaparece.

¿Las mujeres que se operan de diástasis pueden volver a ser madres o una vez que te operas tienes que tener claro que no?

Uno de los requisitos o criterios que hacemos para tomar la decisión de poder ser candidata a una cirugía de reparación de la pared abdominal es que tengas el deseo gestacional cumplido. ¿Por qué? Porque inevitablemente se va a reabrir lo que hemos cerrado. Es cierto que al tener la pared abdominal como la tenías antes del primer embarazo, vuelves un poquito a estar en ese nivel. Solo he tenido tres pacientes que se han quedado embarazadas de nuevo después de la cirugía y no he tenido que intervenirlas y no han quedado con diástasis. O sea, que si te quedas embarazada no hay ningún problema, no pasaría nada, pero cabe el riesgo de que vuelva a reproducirse esa diástasis abdominal.

¿Hay casos de personas, de mujeres que tienen y sufren diástasis abdominal sin haber sido madres? ¿Y esto por qué ocurre?

Sí, porque existe la diástasis genética. Es decir, es diástasis porque tenemos una deficiencia de ese colágeno y esa elastina desde el nacimiento. Y hay pacientes que pueden tener diástasis sin necesidad de embarazo.

En ese caso, estas chicas se podrían operar siempre y cuando asuman que si se operan y luego son madres, se les puede volver a reproducir o que lo hagan una vez que ya han cumplido ese deseo.

Exactamente.

¿Podrías compartirnos alguna experiencia de algún caso real que te haya marcado?

Bueno, te puedo contar mil batallitas, la verdad, pero casos que me hayan marcado mucho, el problema es que recibo muchas pacientes que ya vienen detrás de una batalla consigo mismas, pacientes mal asesoradas, maltratadas, en el sentido de que «no, tú no puedes hacer nada, no puedes coger al bebé, no puedes hacer ningún tipo de deporte, esta es tu realidad, acéptala, es el peaje que tienes que pagar por haber sido madre». Y eso a ti te da mucho dolor en la consulta porque dices, «Pero es que vamos a ver, claro que hay solución.» Y he tenido muchas pacientes que no han recibido ese buen tratamiento y que vienen ya con muchos problemas a nivel mental y muchos problemas a nivel físico por toda la patología que presenta. Hay muchos también, como tenemos mucha experiencia en este tipo de intervenciones, ya estamos en esa fase en que recibimos complicaciones de otras intervenciones.

¿Sí? O sea, tratáis a personas que ya han sido tratadas previamente.

Eso es, y que por lo que sea se ha complicado. Esas son pacientes que también te dan mucha cosa porque ya vienen con una mala experiencia. Y ahora solucionar todo es más complicado porque ya te digo que han pasado por una mala experiencia.

Estamos llegando ya casi casi al final de la entrevista. ¿Qué mensaje le darías a aquellas mujeres que están viviendo con ese dolor y con esa ansiedad y esa preocupación?

El mensaje es siempre que busquen a un especialista que las diagnostique. El mejor diagnóstico es un especialista y una ecografía. La ecografía nos permite medir exactamente cuánto está separada esa musculatura, nos permite ver cómo está la musculatura profunda del abdomen. Una vez que ya tenemos ese diagnóstico con nombre y apellido, es decir, la diástasis se clasifica en diástasis leve cuando es de entre 2 y 3 cm, en diástasis moderada cuando es entre 3 y 5 cm, y en diástasis severa más de 5 cm. Las diástasis severas casi el 100% deberían operarse, porque por más que intentes rehabilitar esa pared abdominal, la sintomatología prácticamente nunca va a desaparecer. Las de tres a cinco centímetros, damos la oportunidad de primero un tratamiento con el fisio o con el entrenador personal. Y las de menos de tres habitualmente se tratan con sesiones de fisio, reconociendo de nuevo nuestra musculatura profunda del abdomen, fortalecerla y hacer que nuestro cinturón, el core que tenemos, se recoja y apretarnos el cinturón que tenemos de base. Pero la indicación es esa, ponerte en manos de un especialista, saber que tienes solución. Nosotros hemos operado un máximo de 14 cm de diástasis, hay solución. Ese es el consejo que daría.

Por último, ¿a quién te gustaría escuchar o ver en este espacio en Palabras con Salud?

Mira, me encantaría ver al doctor Carlos Ferrini. El Dr. Carlos Ferrini es un cirujano bariátrico, posiblemente es uno de los que más cirugía bariátrica hace hoy por hoy en Madrid. Y creo que hoy en día está muy en boga el tema del peso, el tema de la gordofobia, etcétera, y creo que él nos podría aclarar muchas, muchas dudas que tienen esas personas que desafortunadamente padecen esta patología.

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