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SUELO PÉLVICO con el Dr. David Carracedo

El suelo pélvico, el gran olvidado

Entendiendo el suelo pélvico y su importancia

Bienvenidos a Palabras con Salud, un espacio donde doctores, especialistas y pacientes comparten conocimientos que pueden cambiar nuestra forma de entender la salud. Hoy ponemos el foco en una parte del cuerpo que pocas veces recibe la atención que merece, el suelo pélvico. Hablaremos de incontinencia urinaria, dolor pélvico, prolapso de órganos y de cómo la urología funcional puede mejorar de forma radical la calidad de vida de muchas mujeres. Para ello nos acompaña el Dr. David Carracedo, jefe de la unidad de urología funcional de Roc Clinic, especialista en salud pélvica femenina y masculina.

Marina: ¿Qué es exactamente la salud pélvica, qué engloba ese suelo pélvico y por qué es tan importante?

Dr. Carracedo: Lo primero que hay que tener en cuenta es que el suelo pélvico es un conjunto que está formado por músculos, ligamentos y fascias y que se encarga de dar sostén a todos los órganos del suelo pélvico, la vejiga, la uretra, el recto y, en el caso de la mujer, también la vagina y el útero. Y es importante porque no solamente es un sostén, sino que también tiene una función dinámica. Es responsable de asegurar la continencia urinaria, de que podamos hacer micción cuando nosotros queremos hacerla y no de forma involuntaria. Es importante porque nos ayuda también en el proceso de defecación y a contener las heces y, por supuesto, nos ayuda en la función sexual, especialmente la mujer, para la reproducción y la sexualidad y tener una función sexual satisfactoria.

¿Crees que ha sido durante mucho tiempo un olvidado o quizá también tabú entre la sociedad?

Desde luego que sí, ha sido un tema tabú. Todavía diría que incluso lo sigue siendo a día de hoy. Es verdad que con las nuevas generaciones esto está cambiando, cada vez las mujeres más jóvenes de estas nuevas generaciones ya no se conforman con perder orina, con tener dolor pélvico, sino que buscan más activamente asistencia o ayuda especialista, pero es verdad que durante muchos años se ha considerado normal perder orina, perder orina era normal, tenías que ponerte una compresa o un pañal y era lo que te tocaba ya para el resto de tu vida. Era normal tener dolor pélvico crónico o era normal tener un bulto saliendo por la vagina, nuestras madres, nuestras abuelas, lo han considerado así durante mucho tiempo, pero no es una realidad con la que tengamos que conformarnos. Eso afecta de forma importante a la salud femenina, limita las actividades, limita la actividad sexual, limita tus relaciones sociales, tus relaciones de pareja y, a día de hoy, estos problemas tienen solución y podemos ayudar a mejorar esa parte de la calidad de vida de las mujeres.

El prolapso de órganos pélvicos: causas, síntomas y tratamientos

Vamos a hablar de muchos temas, pero por empezar con uno concreto, vamos a hablar de prolapso. ¿Qué es concretamente y a qué órganos puede afectar?

El prolapso de órganos pélvicos afecta solamente a las mujeres, en este caso, y consiste en el descenso de uno o varios órganos pélvicos a través del canal vaginal, básicamente es la salida de los órganos pélvicos a través de la vagina. Se pueden prolapsar, fundamentalmente, lo más frecuente que se prolapsa es la vejiga, es un cistocele, que es el prolapso de la vejiga, pero también se puede prolapsar el útero o se puede prolapsar el recto. Incluso en algunas pacientes se puede prolapsar el intestino delgado, aunque eso es mucho menos frecuente.

¿Y cuáles son las causas más comunes de este tipo de prolapsos?

Hay factores muy conocidos, factores de riesgo ampliamente conocidos, como son, fundamentalmente, los embarazos y los partos. Cuantos más embarazos y más partos hayamos tenido, sabemos que es más frecuente o más probable tener prolapso de órganos pélvicos. Pero no solamente los partos, también hay otros factores de riesgo, como, por ejemplo, el aumento de presión crónica sobre el suelo pélvico, la obesidad, el ejercicio de impacto, correr, saltar, el tabaquismo que produce tos crónica, al final son factores que están aumentando continuamente la presión sobre el suelo pélvico y eso favorece que los ligamentos, las fascias se rompan y los órganos se puedan prolapsar a través de la vagina.

¿Cuáles son los síntomas más comunes que sufren las mujeres?

El síntoma fundamental del prolapso es la sensación de bulto o de peso. Generalmente, la paciente se nota un bulto saliendo a través de la vagina. Cuando te limpias o cuando vas al baño, notas que tienes un peso o un bulto saliendo por la vagina. Pero también se pueden asociar otro tipo de síntomas, sobre todo síntomas urinarios, dificultad para orinar, el chorro flojo, infecciones de orina de repetición, puede ser un síntoma indicativo de que esa paciente tiene un prolapso, muchas veces lo diagnosticamos por infecciones de repetición, por incontinencia urinaria o por afectación de otros órganos pélvicos, como, por ejemplo, la aparición de estreñimiento, diarrea o pérdida de heces.

¿Y cómo afecta esto, doctor, a la calidad de vida de quienes lo padecen? Y luego, también, en parte, a la salud mental de cada uno.

Es una patología que afecta muchísimo a la calidad de vida de los pacientes, de hecho, está recogida como la tercera, la incontinencia, los problemas pélvicos, el prolapso de órganos pélvicos, está recogido como la tercera patología que más afecta a la calidad de vida de los pacientes, después de las enfermedades mentales y las enfermedades cardiovasculares. Al final, esta miriada de síntomas, el bultoma a través de la vagina, la incontinencia, el tener que urinar con más frecuencia, las infecciones, hacen que el paciente, o en este caso la paciente, organice toda su vida en torno a esos síntomas. Si sales de casa, haces pis antes de salir, si vas haciendo el recorrido de todos los días, sabes dónde están los bares, dónde puedes entrar para hacer pis o para cambiarte la compresa, te limitas a dormir fuera de casa, a hacer ciertos viajes, al final afecta muchísimo la calidad de vida porque, como te digo, al final los pacientes acaban organizando toda su vida en torno a estos síntomas.

Y para aquellos pacientes que nos están escuchando y viendo, ¿cuándo es el momento de ir a un especialista?

El momento es lo antes posible, como en casi todas las patologías. Si una paciente nota que algo no va bien, que tiene infecciones, que tiene incontinencia urinaria, que nota un bulto saliendo por la vagina, yo les recomiendo que acuda al especialista para ser valorada. Simplemente haciendo una exploración, por ejemplo, para el prolapso de órganos pélvicos, haciendo una exploración física adecuada, a nivel vaginal se puede diagnosticar y se puede valorar perfectamente dónde está el prolapso, qué órgano está afectado y si esa paciente se puede beneficiar o no de recibir un tratamiento.

¿Y qué tratamientos existen?

El tratamiento del prolapso de órganos pélvicos hay que diferenciar dos cosas, fundamentalmente. Primero, de un prolapso ya establecido, una paciente que ya tiene prolapso, el tratamiento es corregirlo. Hay dos formas de corregirlo, básicamente, a grandes rasgos, una es quirúrgica, haciendo una intervención quirúrgica a través de la vagina o a través del abdomen para corregir el prolapso y volver a colocar los órganos en su sitio, o si una paciente no es candidata a cirugía o no desea cirugía, se puede utilizar un pesario, que es como una especie de aro vaginal que se coloca en la vagina para volver a poner los órganos en su sitio. Eso una vez que el prolapso está establecido, pero lo importante y lo interesante, además, es intentar prevenir la aparición del prolapso. Hay cosas que no podemos modificar, pero otras que sí. Es importante tener una buena salud pélvica, hacer ejercicio de suelo pélvico durante el embarazo, tonificar la musculatura, hacer fisioterapia para prevenir el traumatismo del parto y que después, con el paso de los años, aparezca ese prolapso.

La prevención es clave, pero una vez que hay que intervenir y que hay que entrar en una cirugía, ¿hay algún tipo de complicación asociada a esto?

Como toda intervención, pueden existir sus complicaciones. Es variable y depende del tipo de intervención que realicemos. Generalmente, a grandes rasgos, hay dos formas de intervenir. Una es por vía vaginal. Hoy en día, sin colocación de mallas, no se recomienda la colocación de mallas, salvo en casos excepcionales. En ese caso, la probabilidad de recurrencia del prolapso es un poco más alta, así como los problemas derivados de la cicatrización de la vagina. En mujeres más jóvenes, sexualmente activas, preferimos hacerlo por vía abdominal, hoy en día, con, habitualmente, colocación de mallas, y en ese caso, los riesgos son un poco diferentes. Los asociados a la malla, que son bajos, pero pueden existir, como el dolor o la extrusión de la malla, o la lesión de los órganos adyacentes. Pero, en general, es una cirugía segura y con pocas complicaciones.

Incontinencia urinaria: tipos, incidencia y soluciones

Incontinencia urinaria, ¿qué es exactamente?, aunque creo que todos los que estamos viendo este programa lo sabemos, y existen varios tipos, ¿sí?

Exactamente. ¿Qué es la incontinencia urinaria? Es obvio. Es la pérdida de orina de forma involuntaria, cuando perdemos orina en una situación que no queremos perderla. Lo que ya no es tan obvio, muchas veces, es el tipo de incontinencia que tiene el paciente. Existen muchos tipos de incontinencia, aunque, fundamentalmente, lo que más solemos ver y tratar son tres tipos de incontinencia. La incontinencia de esfuerzo, que es la pérdida involuntaria de orina al hacer un esfuerzo físico, toser, estornudar, hacer deporte, coger peso, correr… La incontinencia urinaria de urgencia, que esto todo lo hemos experimentado alguna vez, el “corre, corre, corre, que no llego”, “cuando vengo de viaje y subo en el ascensor y corre, corre, corre, que no llego”, pues eso, puntualmente, no es un problema. Pero hay personas que eso les sucede todos los días de su vida, varias veces al día, y, además, no les da tiempo de llegar al baño y se escapa la orina. Eso se llama una incontinencia urinaria de urgencia. Y es muy, muy frecuente encontrar pacientes que tienen los dos tipos de incontinencia, incontinencia de esfuerzo e incontinencia de urgencia. Y eso se conoce como incontinencia mixta, porque contiene los dos tipos de incontinencia. Eso es lo que más frecuentemente tratamos.

¿Se puede dar en mujeres jóvenes, porque estamos muy acostumbradas a verlo tras el parto, en la menopausia, pero también es posible en mujeres jóvenes?

Es posible y lo vemos con alguna frecuencia. Afortunadamente, no es lo más habitual. Lo más frecuente, el pico de incidencia, o la edad a la que suele aparecer la incontinencia por primera vez, empieza a ser a partir de los 40 años, alcanzando picos de incidencia, es decir, cuando más personas hay con incontinencia, generalmente es a partir de los 50 o 60 años. Pero sí que es cierto que hay mujeres que en edades más jóvenes, entre los 20 y los 30, los 20 y 40 años, también padecen incontinencia, generalmente incontinencia de esfuerzo leve o incontinencia de urgencia leve, pero que limita muchísimo su calidad de vida.

¿A quién le cuesta más comunicar esto, a ellos o a ellas?

Es buena pregunta esa.

Porque creo que no es algo que guste, ¿no? Pero bueno, es que si sucede…

Tradicionalmente, les ha costado más a ellas, porque lo han normalizado. Porque lo que te he comentado al principio es, es normal perder orina, las mujeres tienen interiorizado que es normal perder orina y es lo que hay. En los hombres, generalmente la pérdida de orina suele ser después de una cirugía de próstata, de cáncer de próstata o de perpleja benigna de próstata, y entonces, los hombres también somos más quejicas, y en cuanto tenemos esa pérdida de orina, quizás somos más demandantes en buscar soluciones. Las mujeres tradicionalmente se han conformado más, pero eso ya ha cambiado, eso no es así. Hoy en día, y yo animo a todas las personas que vean este contenido, a que no se conformen, que cualquier pérdida de orina tiene solución, se puede tratar y seas hombre o mujer, hay que buscar ayuda para al final no tener tu calidad de vida limitada en torno a esto.

¿Cuáles son los tratamientos para esto?

El tratamiento es variable dependiendo del tipo de incontinencia. Si hablamos de la incontinencia de esfuerzo, las pérdidas al hacer algún tipo de ejercicio de esfuerzo, el tratamiento siempre es escalonado, de lo menos invasivo a lo más invasivo. Empezamos por rehabilitación, hacer ejercicios de suelo pélvico, los ejercicios de Kegel, conocidos habitualmente, ejercicios hipopresivos, además esto se puede ayudar de diferentes formas. Hoy en día hay muchas técnicas, electroestimulación, terapia electromagnética, con silla de incontinencia, con los vaginales, hay una gran cantidad de mecanismos o de situaciones que pueden ayudar a hacer esa rehabilitación. Con eso, generalmente, si es una incontinencia leve, podemos ayudarla, mejorarla o incluso desaparecer, pero hay un grupo de pacientes que no van a ser capaces de resolver su incontinencia solamente de forma conservadora, con rehabilitación, y entonces tenemos que pasar a tratamientos quirúrgicos. Generalmente, el tratamiento quirúrgico más habitual en España, que más utilizamos, es colocar una pequeña mallita debajo de la uretra, que funciona muy bien, es un tratamiento muy eficaz, con unas tasas de incontinencia de hasta el 90% y con pocas complicaciones. También, hoy en día, afortunadamente, cada vez salen más técnicas nuevas, tenemos técnicas menos invasivas, como colocar agentes abultantes en la uretra, pero, en general, el mensaje con el que hay que quedarse es que hay que empezar por rehabilitación y, si esto no funciona, pasar a técnicas quirúrgicas más o menos invasivas.

Con el prolapso, David, hablábamos de la importancia que es la prevención. En el caso de la incontinencia urinaria, ¿se puede hacer algo previamente para prevenir que esto suceda?

Se puede hacer y se debe hacer, especialmente, sobre todo, para la incontinencia de esfuerzo, probablemente, que es la que más depende de las estructuras pélvicas, la incontinencia de urgencia, la fisiopatología depende más a nivel vesical, pero en la incontinencia de esfuerzo hay muchas cosas que hacer y qué podemos hacer para prevenirla. Primero, llevar un estilo de vida saludable, evitar el tabaquismo, la obesidad, hacer ejercicio físico a diario. Segundo, fortalecer el suelo pélvico, acostumbrarnos a que nuestro suelo pélvico es parte de nuestra musculatura, igual que el bíceps o que la espalda, y tenemos que trabajarla y fortalecerla todos los días. Y tercero, prevenir situaciones que supongan un traumatismo importante para el suelo pélvico. Y esa situación fundamental en las mujeres es el momento del parto, trabajar el suelo pélvico antes del parto e intentar prevenir en el parto que la situación del parto suponga un gran traumatismo para el suelo pélvico.

Y ahora que ya estamos super informados de prolapso e incontinencia urinaria, ¿hay alguna relación entre ambas?

Existe relación, la relación más importante es que suelen aparecer a la misma edad, es decir, generalmente la vemos juntas porque las dos enfermedades suelen afectar a mujeres de más o menos la misma edad, pero además unas se suelen afectar a la otra. ¿Cuál es esta relación? Sobre todo, el prolapso afecta a cómo aparece la incontinencia. Cuanto más prolapso tenemos, menos probable es que tengamos una incontinencia de esfuerzo porque el propio prolapso de la vejiga impide que se salga la orina al toser o estornudar, pero eso no quiere decir que no tengamos incontinencia, sino que tenemos otra enfermedad que está tapando esa enfermedad. Por otro lado, respecto a la incontinencia de urgencia, es totalmente al revés, cuanto más prolapso tenemos, más frecuente y más intensa es la incontinencia de urgencia, más frecuente es orinar muchas veces, con mucha prisa, y que no nos dé tiempo de llegar al baño. Por tanto, el prolapso sí que afecta a la aparición y a la intensidad de la incontinencia.

¿Y puede una empeorar a la otra, de forma más rápida incluso?

Realmente no existe una relación de empeoramiento de una sobre la otra, pero sí que existe una relación de dependencia que tenemos que tener en cuenta en la consulta a la hora de hablar con el paciente cómo abordar primero una patología a la otra. Pero la incontinencia no va a empeorar el prolapso o el prolapso no va a empeorar la incontinencia.

Personalización del tratamiento y experiencias reales

Por eso es tan importante personalizar los tratamientos. Cuéntanos un poco cómo es esa parte del tratamiento personalizado, que afortunadamente cada vez escuchamos más, y cómo se trata esto.

Para individualizar el tratamiento, y especialmente en patologías de suelo pélvico, patologías funcionales, lo más importante es tener en cuenta el paciente que tenemos delante. La edad, intereses, en qué trabaja, qué situación familiar o social tiene, cómo impacta la incontinencia o el prolapso en su vida, para decidir hacer abordajes más o menos invasivos sobre ese paciente. Es importante explorar y diagnosticar bien el tipo de incontinencia y el tipo de prolapso que tiene cada paciente de cara a intentar ofrecerle un tratamiento lo más individualizado posible, tanto de su incontinencia como de su prolapso.

En este espacio nos gusta escuchar también casos reales que os hayan sucedido en consulta y que os hayan impactado de alguna manera. No sé si tienes alguno de alguna paciente que te haya sorprendido incluso en las condiciones en las que ha llegado y que haya estado durante tantísimo tiempo viviendo con esa enfermedad.

Yo me dedico mucho a la colocación de esfínteres artificiales femeninos en pacientes con incontinencia de esfuerzo compleja, recidivada, en pacientes multioperadas, que al final son pacientes que llevan ya una afectación muy importante en su calidad de vida y, concretamente, tengo una paciente que fue la primera paciente a la que operé con este tipo de técnica que me ha impactado mucho por varios motivos. Primero, por su capacidad e insistencia en querer mejorar su calidad de vida y en querer solucionar su problema, eso es loable. Una persona que hacía ejercicio físico tuvo que dejar de hacerlo y, una vez solventado el problema, ahora yo he hecho una carrera con ella de 10 kilómetros recientemente, entonces, al final, cómo las personas, si quieren, pueden llegar a solucionar su problema y cómo podemos llegar a talar una relación personal, de amistad, al cabo de los años, cuando a una persona le ayudas a recuperar su vida personal. Para mí, ese es uno de los casos que más me ha impactado personalmente porque, al final, no es común hacerte amigo de tus pacientes y eso suele suceder cuando tratas casos un poco especiales o concretos.

Y cuando hay también implicación mutua, porque eso también es muy importante. O sea, tu trabajo, si no tienes la ayuda de tu paciente, quizás es muy difícil que sea exitoso.

Es fundamental. Al final, hablemos de patología de calidad de vida. Entonces, yo siempre lo digo, el paciente tiene que ser el primero, el proactivo, en querer solventar y mejorar su calidad de vida. Es decir, si nosotros te pedimos que hagas ejercicio, que hagas dieta, que dejes de fumar o que tengas que hacer reposo durante un equis tiempo, si tú no te comprometes con ese tratamiento, con tu autocuidado, es muy complicado que, por mucho que nosotros te intentemos ayudar, vayamos a llegar a una solución del problema. Entonces, siempre es fundamental la implicación del paciente.

Afortunadamente, hay soluciones y tratamientos para todos estos problemas de los que estamos hablando. Hemos hablado también, David, de la prevención, de la importancia de la prevención, pero para aquella comunidad joven, la más joven que nos está escuchando, ¿a qué edad es necesario empezar a trabajar esto?

No existe, realmente no hay una edad en la que podamos decir, a partir de aquí hay que empezar o a partir de aquí no hay que empezar. Yo siempre digo que el autocuidado y la salud son un estilo de vida. Es decir, uno no tiene un mal estilo de vida y, de repente, dice ahora a partir de ahí me voy a cuidar, es muy complicado. Generalmente, lo recomendable es tener un estilo de vida saludable desde la adolescencia, desde la primera juventud o desde la primera edad adulta. Hacer ejercicio, no fumar, no tener obesidad, estar a tu autocuidado, si tienes síntomas acudir al médico o especialista. Eso es una cosa que debe acompañarnos prácticamente desde que empezamos a ser adultos.

Mitos y realidades sobre el suelo pélvico y su normalización

Tengo aquí una sección de mitos y realidades que a la comunidad le encantan. ¿Es normal perder orina si has sido madre?

Es mito y es realidad. Es una realidad que después de ser madre es más frecuente perder orina, pero es un mito que tengas que perder orina por ser madre. Es decir, si te sucede que comienzas a perder orina después de ser madre, búscanos que te ayudaremos a que eso sea un mito y no sea una realidad.

Yo esto me la sé la que te voy a hacer, pero bueno, por si ha habido alguien que se ha despistado a lo largo de la entrevista. ¿La cirugía es la única solución para los prolapsos?

Eso es una realidad. Una vez establecido el prolapso, o colocas un pesario o haces una cirugía, no hay otra forma de corregir el prolapso.

¿Hacer ejercicios de Kegel es suficiente para todos los casos?

Eso es un mito, no es suficiente. Es adecuado para todos los pacientes, pero no es suficiente para todos los pacientes.

¿Solo las mujeres mayores tienen este tipo de problemas?

Eso es un mito enorme, enorme. Hay muchísimas mujeres y muchísimos hombres en todos los rangos de edad que sufren problemas de suelo pélvico y al final no hay que dejarlo solamente como un problema de gente mayor, porque eso nos lleva a normalizar un problema que no debe ser así.

Por eso, la pregunta ahora es, ¿por qué es tan importante no normalizar ni el dolor ni las pérdidas de orina?

Pues es importante, te podría dar muchísimas razones. Primero, porque no debemos limitar nuestra vida o nuestra calidad de vida al problema de suelo pélvico, a la incontinencia o al dolor. Segundo, porque es un problema social. Al final, una persona con problemas de suelo pélvico es una persona que va a trabajar menos horas, que va a tener más abstención en el trabajo, va a faltar días de trabajo. Tenemos un gasto tremendo como sociedad en absorbentes, en pañales, en pacientes que nunca han buscado tratamiento o solución de esa incontinencia, por ejemplo. Y cuarto, porque tenemos una obligación como profesionales y como sociedad de intentar dar luz y dar visibilidad a un problema que afecta a tantos millones de personas en España. Se estima que la incontinencia en España puede afectar hasta a 6 millones de personas.

Por eso es tan importante romper ese tabú y empezar a hablar cada vez más de esto en medios de comunicación y en el día a día y en las conversaciones que tenemos con amigos, con familiares, con nuestras parejas, además. Porque yo he escuchado casos, no sé si en consulta tú también, imagino que sí, de vergüenza a la hora de comunicar eso a tu pareja y a la persona con la que compartes el día a día.

Efectivamente es así, eso sí es una realidad. Es un tema que todavía tiene cierta carga emocional y cierto tabú, miedo a que no te vayan a entender, no te vayan a comprender o te vayan a rechazar. Y nos encontramos habitualmente con personas que no lo pueden hablar de forma normal con su familia, con su pareja o con sus amigos. Espacios como este nos ayudan a poder hablar de este problema, visibilizarlo y ayudar a que la gente también, si ve que nosotros lo hablamos con naturalidad, también lo pueda consultar o hablar con naturalidad con su entorno.

Conclusiones y futuras conversaciones sobre salud pélvica

Estamos llegando casi al final de la entrevista, tengo dos preguntas, una es si tienes algún mensaje o quieres algo que hayas dejado en el tintero que quieras remarcar.

Me gustaría dejar el mensaje, sobre todo el mensaje es que los problemas de suelo pélvico tienen solución, tienen tratamiento y no se debe convivir con ellos. A todas las personas que nos puedan escuchar que puedan sufrir este tipo de problemas, les animo a buscar ayuda, hay grandes profesionales en nuestro país que les pueden ayudar y les animo a que busquen a esos profesionales a través de los médicos de atención primaria o a través de los especialistas correspondientes para que puedan poner solución o tratamiento a su problema.

Y, en segundo lugar, me gustaría también dejar el mensaje de que, entre todos, instituciones, prensa, todo el mundo, pues nos ayudemos a empujar para que este problema tenga cada vez más visibilidad.

Y, por último, ¿a quién te gustaría escuchar o ver en este espacio?

Pues yo creo que sería muy interesante tener la visión de, por ejemplo, nuestra enfermera de suelo pélvico, que se dedica a estar en el día a día con los pacientes, a ayudar a hacer los ejercicios, a aplicar las técnicas, se llama Sara Lasarte, es una auténtica experta en suelo pélvico y yo creo que sería muy interesante tener la visión de esa persona más cercana al día a día del paciente. Y, por otro lado, sería interesante también, probablemente, tener la visión de una experta rehabilitadora de suelo pélvico, como la doctora Rivera, que también trabaja con nosotros, porque ella nos podrá dar una visión mucho más amplia de cómo prevenir y cómo tratar de forma conservadora este tipo de problemas.

Tras la entrevista con Doctor Carracedo, el mensaje ha quedado bastante claro, y es que el suelo pélvico sí se puede curar y tratar, hay tratamiento para ello.

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